miércoles, 11 de noviembre de 2009

Sociedad vigilada

Depósito de libros usados Bookbarn, en el Reino Unido. a los que el propietario del local
no les renovó el contraro.


Lo que está ocurriendo en el sector de las comunicaciones, y específicamente en el P2P con la ambigüedad del Europarlamento de dejar en manos de los Gobierno la posibilidad o no de cortar la conexión al usuario, nos afecta a nosotros también, en tanto que ciudadanos y editores.
Juan Varela en su magnífico periodistas21, ha colocado un sustancioso artículo sobre la cultura, los derechos y la propiedad intelectual.
Algunos comentarios (es mejor leer el artículo completo)
La defensa ultra de la propiedad intelectual gana. Los ciberciudadanos pierden. Los creadores se equivocan persiguiendo a sus mayores clientes y permitiendo que la industria cultural sostenga lo que algunos medios como el diario Financial Times llaman “un acto de fuerza” para denunciar los “monopolios artificiales de las obras culturales”.
Y sigue más adelante:
Mientras la Comisión Europea propone un mercado único de contenidos, defiende derechos del consumidor en los móviles y llega a un acuerdo con algunas compañías para la música digital, todavía no ha conseguido el favor de las editoriales para el mínimo objetivo de hacer accesibles las obras huérfanas –sin derechos de autor conocidos– ni siquiera en las bibliotecas públicas. Es lo que ya se conoce como el secuestro de lo común, la permanente apropiación que la industria cultural hace de bienes colectivos y de productos culturales sufragados, en todo o en parte, con dinero público.
Es evidente que las reflexiones que se están haciendo fuera del sector, crean estado de opinión y son cuestiones que ni de lejos se discuten en ninguna Institución del sector, sean estas la Federación, Asociaciones o Comisiones de trabajo.
Si la entrada en donde se hablaba de músculos de hierro, es indicativo de la incompetencia de algunas corporaciones por hacer ver que aquí no pasa nada, leer reflexiones de este tipo nos estimula a algunos para buscar alternativas, quizás individuales, pero necesarias para salvar el barco.

Luis R. de S.

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