martes, 15 de septiembre de 2009

Las hojas se caen...

...en otoño.
Los intelectuales neocon y los recién llegados al mundo del libro que creen saber mucho y bueno sobre él, tienen material de sobra este otoño para que nos ilustren, reflexionen en voz alta y nos conduzcan por la buena senda.

El próximo 29 octubre se abre la veda para comprar el último de Dan Brown, El símbolo perdido, una historia de poder protagonizada por fuerzas ocultas -como no podía ser menos- encabezadas por los masones en Washington.
La editorial Umbriel se hizo, con mucha perspicacia, con los derechos de los tres anteriores de Brown (en especial El código Da Vinci, que vendió 3.000.000 -así, en números- de ejemplares en España), pero ahora la poderosa editorial Planeta se ha hecho con los derechos y anuncia una tirada de 1,5 millones de ejemplares, y ya se pueden hacer reservas y preventas para los drogodependientes de iglesias, fuerzas ocultas y vientos huracanados.
Si Larsson ha representado un boom muy apropiado para saber porque los ciudadanos leen en el metro, que esto que anunciamos no nos pille desprevenidos, y además oculte la realidad del sector: está en crisis.
Como Alicia, se puede ver el contrapunto de este fenómeno en la relectura de 1984, de Orwell que trae a Madrid el día 24, y a Barcelona el día 30, Tim Robbins con su compañía The Actor's Gang.
En una entrevista realizada hace unos días, manifiesta que "a pesar de haber sido escrito en 1948, es un libro mucho más actual que las mayorías de las novedades literarias de la temporada". Habría que añadir que la mayoría conoce la obra por la película, la cual, además, encuadra en el subgénero de la ciencia-ficción. Robbins añade que "vigilar el correo electrónico equivale a vigilar nuestro pensamiento". Chapeau.



Esto viene a colación porque en las propuestas de CEDRO, entre otras, respecto a la Ley de Propiedad Intelectual, se solicita que las "entidades de gestión puedan buscar/intervenir en las Intranet de las empresas" posibles violaciones de los derechos de autor. ¿No existen los Tribunales en este País o necesitamos al Gran Hermano?
Los editores independientes somos celosos defensores de los derechos civiles, de los derechos individuales y colectivos, y por eso apoyamos una justa legislación que salvaguarde los dos principios: la justa retribución de los derechos de autor y el libre acceso a la Cultura (con mayúsculas).

C.M.

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