miércoles, 28 de enero de 2009

Web 2.5


A menudo hemos venido informando y reflexionado sobre la necesidad de que el mundo editorial se adapte a los nuevos tiempos que corren.
Juan Varela, en su blog periodistas21.blogspot.com plantea una seria reflexión sobre como la era Obama va a cambiar la relación de la Administración de EE.UU con los ciudadanos: redes sociales, transparencia informativa, acceso a poder opinar sobre las leyes antes de su aprobación,...
Internet y las nuevas tecnologías permiten una democracia más participativa, pero los políticos las adoptan más para la propaganda que para la gobernanza.
Se hace la pregunta de qué principios debería respetar un gobierno abierto a los ciudadanos. Y plantea una serie de puntos que recomiendo leer en el blog citado. Destaco el siguiente:
Dominio público. Devolver a los ciudadanos lo que es suyo. Liberar de derechos de propiedad la información pública y los contenidos de todo tipo pagados con fondos públicos.
Podemos estar de acuerdo o no, pero sin duda es un debate que está en amplios sectores de la sociedad. Avancemos un paso. De esta propuesta se desprende que el accesos a toda documentación generada en la Administración (sentencias judiciales, entre otras), o toda la investigación sufragada con fondos públicos, debe tener un acceso fácil, abierto y gratuito.
¿Se acaba el negocio de Science o Nature y otras revistas especializadas? Por si alguien no lo sabes, cuando un investigador presenta un proyecto para conseguir financiación incluye siempre una partida para la publicación de su trabajo; ergo...
Por ello cada vez se extiende más entre los investigadores la publicación abierta en Internet, aunque las citadas revistas tienen (aún) el prestigio de ser leídas por sus pares.
Esto deja abierta otra zona para la reflexión. Seguimos hablando de libro electrónico (e-book) cuando en la era de Internet, con la web 2.0 a punto de ser superada, habría que hablar de información o conocimiento electrónico. Hace unos años el concepto de libro electrónico estaba vinculado a un soporte físico, el CD Rom, y posteriormente el DVD. Sin embargo, hoy nadie compra un libro electrónico con soporte físico, sino que lo compra vía electrónica.
En septiembre del pasado año escríbiamos en esta bitácora:
[...]los libros electrónicos están sujetos al mismo criterio de precio fijo.
La Ley establece la definición de libro con una igualdad jurídica y nominativa entre cualquiera de los soportes. Sin embargo, muchos expertos jurídicos ven lagunas en esta igualdad, ya que lo virtual o digital es distinto a lo demás ya que al no agotarse no puede tener ni el carácter ni la consideración jurídica de mercancía. Ergo, si no es una mercancía o artículo ¿puede someterse a esa igualdad con el impreso, que se agota? Tema a reflexionar.
Pero más a más. Los que hacíamos libros electrónicos en CD Rom, hace 10 años, pagábamos un 16% de IVA, por el soporte físico. Sin embargo, ahora ¿que hay que hacer? Inicialmente parece que la consideración de libro debería respetarse y, consecuentemente, gravarlo con el 4%. Pero esto es un opinión que debería se sometida a una más amplia y rigurosa discusión que que escapa del marco de esta bitácora.

Jorge Ruiz

2 comentarios:

TSR4ever dijo...

Can you translate this page to English? Thanks.. :)

Paradigma Libro dijo...

En analógico o en digital, nuestro cliente final, el lector de los contenidos que los editores proponemos en nuestros catálogos, no debería ser penalizado por la compra de nuestros libros en su versión digital. La cerrazón de políticos y recaudadores, su falta de sensibilidad al libro en general, y al entorno wiki, en concreto, vertebra las discusiones por meandros absurdos. En un sector aferrado al precio fijo como si fuera dogma de fe, el ajuste inteligente del precio de los e-books a la cultura Web 2.0 va a ser difícil, pero editores y libreros deberemos rediseñar nuestras estrategias si no queremos quedarnos fuera de juego.