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miércoles, 24 de febrero de 2010
Compartir está de moda
Hace unos días hemos recibido vía bioinformática, la noticia de que la Royal Society ha puesto a disposición pública algunos de sus artículos científicos más relevantes a través de un sistema propio llamado TrailBlazing.
El sistema TrailBlazing muestra de forma cronológica tanto hechos acaecidos como los referencias a los manuscritos en cuestión, de forma que el usuario pueda situar en el marco temporal adecuado.
De gran interés para investigadores científicos e históricos, entre los artículos reseñados hay de toda índole, como uno de 1666 sobre transfusiones de sangre, por ejemplo.
Una nueva oportunidad que demuestra el valor actual de La Red si se sabe utilizar bien.
Carmen Lozano
lunes, 2 de noviembre de 2009
Foro de Cultura Libre
Ayer terminó el Foro de Cultura Libre celebrado en Barcelona. Su objetivo central, que no único, ha sido establecer una especie de carta europea de derechos de los ciudadanos en la era digital.
Aunque a algunos les pueda parecer esto lejano a nuestros intereses, nada más lejos de la realidad. Tanto es así que algunos blogs relacionados con nuestro sector han entrado en materia (Periodistas 21 o Los futuros del libro).
Solamente reseñar uno de los puntos de la citada carta que a nuestro entender es muy interesante y que puede ser un motivo de reflexión en el próximo Congreso de Editores, organizado por la Asociación de Editores de Madrid.
4º) Los ciudadanos tienen derecho a la libre disposición de la ciencia, la cultura, el conocimiento y las tecnologías propiedad de las instituciones públicas, de las que financian, de las que subvenciona y de las que son derechohabientes, para que puedan ser usadas, copiadas, modificadas y redistribuidas, con o sin modificaciones, siempre que la obra derivada se distribuya en estos mismos términos, tal como establece la Licencia Pública de la Unión Europea (EUPL) dado que el fin perseguido es el aprovechamiento y la reutilización, así como la protección contra su apropiación en exclusiva por parte de terceros.
La transferencia tecnológica en estas condiciones, además de ser un acto de justicia social en su propia naturaleza, dado que todos los ciudadanos hemos sufragado estos contenidos científicos, culturales y tecnológicos a través del pago solidario de los impuestos, también supone uno de los mejores instrumentos para mejorar la competitividad de las empresas. De esta forma, las empresas accederían en igualdad de condiciones a una gran cantidad de herramientas TIC de calidad y a un precio asequible, mitigando la fuga de capitales a través del pago de licencias. Esta transferencia tecnológica, también permite estimular el sector tecnológico y capacitaría a las PyMEs, para acometer los retos de innovación tecnológica y de modernización socioeconómica, que la sociedad del conocimiento libre, de todos y para todos, nos brinda, según pone de manifiesto la Declaración del Parlamento Europeo a favor del Conocimiento Libre y en la sección 9 del art III-248 del Tratado de Lisboa.
Toda una declaración de intenciones que puede ser un revulsivo importante en el desarrollo empresarial.
C. M.
viernes, 2 de marzo de 2007
Editores 2.0 ¿una nueva generación?
Se amontonan los temas que giran en torno al libro. La red prolifera con asuntos que lo ponen de actualidad. Aspectos tales como el soporte en donde se “fija” el libro, el canal por donde discurre la información/formación, o el concepto de “editorial de contenidos”, son algunos sobre los que convendría reflexionar.
Hoy se me ocurre hablar de un ingrediente vital para la existencia del libro tal como lo conocemos. Me refiero a la tinta…electrónica.
Actualmente, la más novedosa tecnología de dispositivos electrónicos de lectura se basa en lo que se viene en llamar tinta electrónica.
La tinta electrónica tiene una ventaja significativa si la comparamos con los tubos catódicos (CRT) o las pantallas LCD para las aplicaciones de lectura y escritura. Al contrario que los anteriores, que necesitan de un refresco de pantalla continuo de al menos 25 imágenes por segundo, la tinta electrónica produce una imagen estable que no cansa los ojos y con una sensación cercana al papel con una imagen de alto contraste y alta resolución.
El resultado: una pantalla que permite leer incluso a la luz del sol con un ángulo de visión de 180 grados y que no consume energía para mantener la imagen en pantalla.
La tinta electrónica es un material que se procesa en una película o emulsión para conseguir visualizaciones electrónicas. Los componentes principales de la tinta electrónica son millones de microcápsulas del diámetro de un pelo humano.
Cada microcápsula contiene partículas blancas positivamente cargadas y las partículas negras negativamente cargadas suspendidas en un líquido claro. Cuando se aplica un campo eléctrico negativo, las partículas blancas se mueven a la parte superior de la microcápsula donde llegan a ser visibles al usuario.
Esto hace que la superficie aparezca blanca en ese punto. Un campo eléctrico opuesto tira de las partículas negras al fondo de las microcápsulas donde se ocultan. Así se generan las imágenes en la pantalla.
La tinta electrónica tiene algunas ventajas comparando con otras tecnologías: bajo consumo de energía, es ecológica, visión agradable con sensación “cercana al papel” ya que la imagen es fija, sin parpadeo/refresco de pantalla, se puede leer con luz natural, el usuario puede modificar el tamaño de la fuente para ajustarlo a su grado de visión.
En fin, un nuevo avance que nos exige mayor imaginación y adaptabilidad a lo que será el sector del libro en los próximos años.
Hoy se habla de que estamos en la era de la web 2.0 –superando los usos que hacíamos de la red: páginas html, correo electrónico y poco más. Quizás también tengamos que hablar de editores 2.0 –¿una nueva generación?
Jorge Ruiz Morales
Hoy se me ocurre hablar de un ingrediente vital para la existencia del libro tal como lo conocemos. Me refiero a la tinta…electrónica.
Actualmente, la más novedosa tecnología de dispositivos electrónicos de lectura se basa en lo que se viene en llamar tinta electrónica.
La tinta electrónica tiene una ventaja significativa si la comparamos con los tubos catódicos (CRT) o las pantallas LCD para las aplicaciones de lectura y escritura. Al contrario que los anteriores, que necesitan de un refresco de pantalla continuo de al menos 25 imágenes por segundo, la tinta electrónica produce una imagen estable que no cansa los ojos y con una sensación cercana al papel con una imagen de alto contraste y alta resolución.
El resultado: una pantalla que permite leer incluso a la luz del sol con un ángulo de visión de 180 grados y que no consume energía para mantener la imagen en pantalla.
La tinta electrónica es un material que se procesa en una película o emulsión para conseguir visualizaciones electrónicas. Los componentes principales de la tinta electrónica son millones de microcápsulas del diámetro de un pelo humano.
Cada microcápsula contiene partículas blancas positivamente cargadas y las partículas negras negativamente cargadas suspendidas en un líquido claro. Cuando se aplica un campo eléctrico negativo, las partículas blancas se mueven a la parte superior de la microcápsula donde llegan a ser visibles al usuario.
Esto hace que la superficie aparezca blanca en ese punto. Un campo eléctrico opuesto tira de las partículas negras al fondo de las microcápsulas donde se ocultan. Así se generan las imágenes en la pantalla.
La tinta electrónica tiene algunas ventajas comparando con otras tecnologías: bajo consumo de energía, es ecológica, visión agradable con sensación “cercana al papel” ya que la imagen es fija, sin parpadeo/refresco de pantalla, se puede leer con luz natural, el usuario puede modificar el tamaño de la fuente para ajustarlo a su grado de visión.
En fin, un nuevo avance que nos exige mayor imaginación y adaptabilidad a lo que será el sector del libro en los próximos años.
Hoy se habla de que estamos en la era de la web 2.0 –superando los usos que hacíamos de la red: páginas html, correo electrónico y poco más. Quizás también tengamos que hablar de editores 2.0 –¿una nueva generación?
Jorge Ruiz Morales
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