Por si alguien no se ha enterado, el nivel cultural español está por los suelos. Así es, ya que aquí no se respetan los derechos de autor, dice D. Ramón Muntaner directivo de la SGAE.
En una declaraciones a manifestado que "El nivel cultural en el que estamos en este país, seguramente, y por desgracia para nosotros, está sensiblemente por debajo del nivel cultural que otros países tienen".
Bien, el sabrá por que lo dice aunque puede estar relacionado con el cobro por la representación de una obra de Lorca en un Instituto, o pedir parte de la recaudación de un festival benéfico a favor de Haití. Sin duda no se han dado cuenta en la SGAE de que los Bancos ya no cobran la comisión por la transferencia realizada por el mismo motivo.
Una de las buenas cosas que tiene Internet es que todo queda y que indagando un poco, un poquito, se puede uno enterar de muchas cosas. En un informe publicado en 2007 se decía:
[...] Sin embargo, como demuestran los datos del registro mercantil, SGAE es sólo la punta del iceberg de un entramado societario. Dentro de éste, la práctica totalidad de las compañías son sociedades limitadas, es decir, sí tienen ánimo de lucro. Además, la facturación de éstas se obtiene básicamente por servicios a SGAE y procede por tanto de la recaudación de derechos de autor.Pero hay más. Este entramado al que el Ministerio no mete mano llega a que la
SGAE lleva desde 2003 modificando su estructura y traspasando activos (monetarios y tecnológicos) a sus filiales para convertirlas en lucrativos negocios. De SGAE cuelgan dos patas: por un lado la Fundación Autor, que como tal fundación no puede tener tampoco ánimo de ganancia o lucro (pero es el único accionista de Iberautor, que es S.L.). Y por otro, la Sociedad Digital de Autores y Editores (SDAE), una sociedad limitada que es el brazo tecnológico de SGAE.El informe es revelador y conviene leerlo entero, por lo que animamos a ello.
Insistimos: una cosa es los derechos de autor y otra muy distinta los derechos de reproducción.
PD: dentro de unos días hablaremos de lo que ocurrió el 29 de enero en la Subcomisión de Propiedad Intelectual del Congreso de los Diputados.
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