En las tres décadas que el invento lleva funcionando, sus nombres resultan familiares y repetitivos (los transcribo sin orden y confiando sólo en mi memoria): Juan Salvat, Francisco Pérez González (Santillana), Pere Vicens (Vicens Vives, dos veces), Federico Ibáñez (Castalia), Fermín Vargas (Alianza), Juan de Isasa (SM), Josep Lluis Monreal (Océano). La endogamia se ha agudizado en los últimos cuatro mandatos: Emiliano Martínez (Santillana), Jordi Úbeda (Publicacions de l'Abadia de Montserrat), otra vez Emiliano Martínez, de nuevo el senyor Úbeda (felicidades, Jordi, por el re-nombramiento).

Y es que los ánimos se excitan ante retos importantes que agudizan los conflictos: comienza la fase de consultas de la Ley del Libro, por ejemplo, en la que todos se juegan mucho. Y los editores catalanes, que no son precisamente un bloque homogéneo (al conseller de Cultura de la Generalitat, ERC, le «ponen» más los que publican en catalán), quieren mejor espacio (el que posee la FGEE, por ejemplo) para su aterrizaje en Francfort 2007.
Ay, ay, ay, senyor Úbeda, qué nueve mesecitos se le vienen encima, más vale que vaya encargando buenas dosis de trankimazin. Y no ayuda nada que, desde un periódico catalán, se llame a su antecesor, un demócrata desde que yo recuerdo (y recuerdo mucho), caudillo.
En fin, que prepárese. Por si los gremios.
Manuel Rodríguez Rivero
Publicado originalmente en ABC de las letras el 10 de enero de 2007