martes, 30 de septiembre de 2008

HAY FESTIVAL

El pasado viernes 26, unos cuantos editores de Madrid, compartimos mesa y mantel con un nutrido grupo de autores en el marco del Hay Festival, en Segovia. Una velada muy interesante que, salvo el numerito que montó un egocéntrico autor en la mesa presidencial y que presenciamos decenas de asistentes, transcurrió de forma amena, intercambiando nuestros deseos, anhelos y miedos sobre el libro.
Pero en este encuentro hubo cosas que caben destacar por ser un tanto extrañas a nuestra mentalidad hispana.
La asistencia de la editora literaria de The Guardian (coorganizador del evento), Claire Armitstead, permitió saber algunas cosas sobre la crítica literaria en Iglaterra.
Se editan unos 150.000 títulos (el doble que en España), por lo que llegan a las redacciones unos 400 novedades y sólo tienen espacio para ¡35 ó 40! títulos (alguien ha contado los que se reseñan en nuestro suplementos literarios).
Algunas diferencias que combiene señalar:
1) No existen críticos literarios, por lo que la crítica no está en manos profesionales (¿oigo frotar de manos?) si no de los propios escritores.
2) Nunca existe una crítica negativa de un autor novel. las críticas negativas se publican cuando son de autores conocidos.
3) Hay que leer todo y encargárselo al lector oportuno.

En fin, otras cosas que nos diferencian.

Jorge Ruiz

martes, 23 de septiembre de 2008

A VUELTAS CON EL PRECIO FIJO

¡Cómo está el patio! Un artículo publicado en

ha generado una cierta controversia que ha llegado hasta hoy.
Sobre el precio fijo del libro existen muchas opiniones viscerales, unas tendentes a su defensa enconada y otras a un ataque furibundo. Muchas defensas y ataques sin un soporte argumentario serio, aquí y aquí (más importante los comentarios) y debarrando aquí.
La propia Ley de Libro establece un precio (semi) fijo, porque excluye el libro de texto de él, sin embargo, es conveniente y necesario la defensa del precio fijo para esa "mercancía" llamado libro.
Recuerdo que hace no muchos años, si quería comprar un disco me iba a la tienda de mi barrio, donde podía encontrar lo que buscaba (más o menos como en la librería). Se produjo la liberalización del precio del disco y, ¿que ha pasado? lo que todos sabéis; tenemos que ir "al centro" o a las grandes superficies para encontrar ese producto. Han desaparecido (casi) todas las tiendas en los barrios. ¿Queremos algo similar con las librerías?
Otra cosa es que las librerías tengan que adaptarse, con imaginación y decisión, a los nuevos tiempos que corren.

También existe una polémica interesante sobre si los libros electrónicos están sujetos al mismo criterio de precio fijo.
La Ley establece la definción de libro con una igualdad jurídica y nominativa entre cualquiera de los soportes. Sin embargo, muchos expertos jurídicos ven lagunas en esta igualdad, ya que lo virtual o digital es distinto a lo demás ya que al no agotarse no puede tener ni el carácter ni la consideración jurídica de mercancía. Ergo, si no es una mercancía o artículo ¿puede sometarse a esa igualdad con el impreso, que se agota? Tema a reflexionar.
Otro si: si defendemos el precio fijo para evitar el derrumbe de las librería, ¿pasa igual con lo digital que no necesita un punto de venta tangible? Humo me sale de las neuronas.

Y el patio se anima con lo del canon. Un tema discutido por todos y que no a todos convence. Sin embargo se ha dado un paso significativo. La Audencia Provincial de Barcelona, según informa

a decidido invocar más altas instancia judiciales y romper las hasta ahora monilíticas posturas de los juzgados españoles: se ha dirigido al Tribunal de Luxemburgo para que resuelva armonizar la interpretación de la frase comunitaria "compensación equitativa" a los autores con la aplicación "indiscriminada" del canon (a cualquier soporte independientemente de su uso), como hace la noma española.
Hay mucho en juego en este asunto.

Jorge Ruiz

miércoles, 17 de septiembre de 2008

¿Quién ha dicho que nos va bien?

En estos tiempos de globalización, no hay sector económico que se libre de la grave crisis existente. Sin embargo, hay una sensación en la sociedad de que el sector del libro es ajeno a todo ello y que las cosas nos van magníficamente bien a los editores.
Esta falacia está en parte alimentada desde el interior de nuestro sector.

1) Durante la Feria del Libro de Madrid apareció un artículo en El País con el titular "A los editores les sienta bien la crisis", y se comentaba en él los datos del primer trimestre de 2008: "se han vendido más libros"; sin tener en cuenta la realidad del sector y guiándose solamente por las ventas de tres best seller. Claro que si lo dice quien lo dice, será verdad ¿no?

2) Estudio Comercio Interior Federación de Editores de España, donde se enfatiza que "se vendió más de 250 millones de libros (en 2007), un 9,9 mayor que en 2006, con un precio medio de 12,45 por ejemplar".
Estos titulares tienden a confundir al sector y a la sociedad, ya que precisamente en 2007 hubo un gran incremento de venta de libros ¡¡en quioscos!! a un precio de risa. Pero además, el precio medio del libro está por debajo del de 2005.
Más a más: se ha incrementado la facturación en 140 millones más que en 2006. Casualidad que es precisamente el incremento de venta de los quioscos.
En las fechas que estamos la FGEE aún no se ha manifestado públicamente sobre como está afectando esta crisis al sector; ¿o es que nos equivocamos algunos y si nos va bien?

3) Altas autoridades del Ministerio de Cultura comentan que "a vosotros os va bien". La falta de análisis por estas "altas autoridades" hace que los artículos e informes parciales vayan "formando opinión"; mejor dicho mala opinión.

4) Crisis en el canal de distribución. Varias Distribuidoras han suspendido pagos, lo cual está afectando gravemente a muchos editores.
El sector del libro es una amplia cadenas de sujetos activos que permite que un texto original llegue al lector adecuado. Si las distribuidoras no pagan al editor, este se ve obligado a recortar la producción (que repercute en el sector gráfico), o a renovar pagos, o a amortizar puestos de trabajo, o a no conseguir financiación externa, o...

En fin, que si, que el sector del libro está soportando, al igual que el resto de los sectores económicos, una crisis que dejará (está dejando) algunos cadáveres por el camino.
Así que menos triunfalismo, y manos a la obra para intentar encontrar entre todos soluciones que nos ayuden a capear el temporal.